–¿Estás en campaña, preciosa Dengler?
–No exactamente.
–Do tell me. Ahhh.. ¿tampoco tú sabes lo que quieres?
–Okeeeeei. No sé si beneficia mi causa.
–Pero si estás enamorada, ¿tú quieres todo con él, no?
–Todo. All the way. Forever and ever.
–Bien. Entonces, si esto te queda claro, tienes, como Buddha, dos opciones: obtener lo que quieres (ya sea por tus propios medios o por favor de la providencia) o dejar de querer lo que quieres (lo cuál es obviamente indispensable si no lo puedes obtener). Es por eso que cuando te empiezas a enamorar tienes pocos días para intentar descifrar cuál de estos dos casos aplica, pues tu juicio se nublará con rapidez, y puedes quedar atorada en el horror de no poder obtener lo que quieres y no poderte dar cuenta de que no lo podrás obtener. Si estás haciendo proselitismo, quiere decir que A) puedes obtenerlo, pero requiere de tus habilidades y tu esfuerzo, o B) ya te pasaste de la otra desviación y estás por caer del barranco. En cualquier caso, de esto se hace el arte, hahahahahahaha.
(Dios es un pinche sádico).
Te deseo una cacería fructuosa, y en caso contrario, una señal clara de que tienes que dar marcha atrás. No hay nada peor que los barrancos sin fin, y el lento pero constante dolor que conllevan, el cual te hace desear haberte partido la madre con el piso hace horas.–¿Por qué tenías que hablarme en este momento? Ahora me siento 1) pequeñísima por no ser capaz de dejarlo ir, 2) estúpida porque no se si puedo obtenerlo por mis propios medios, y 3) (argumento censurado por pena ajena)
–Hahaha, venga, amor, it’s easier than that. Si esta es una historia clásica, tú no tienes preguntas sin respuesta. Las historias viejas contienen personajes que conoces de principio a fin. A fin de cuentas, Bradshaw tuvo que descubrir que no se quedaría con Big for the sake of entertainment, podría haberlo descubierto en la segunda temporada, or whatever…
(wow… Dios es fan de Sex and the City. He’s really everywhere!)
–Pero si quieres escuchar algo esperanzador, te diré lo siguiente: yo te quiero, si no, no importa cuán jodida esté mi actividad, no te habría hablado. Mientras haya gente que te quiera, tendrás la posibilidad de compartir con ellos momentos que te hagan sentir viva y, if you let go, feliz. Así que llévatelo con calma. Sé honesta contigo misma, es lo mejor que puedes hacer. Siempre que te digas la verdad, tu sufrimiento, si debe haber sufrimiento, será limitado.
–Gracias por quererme. Así nomás.
–De nada. Así al chile. En fin, tengo que volver a mis obligaciones, porque resulta fácil distraerme sin fin.
–Y yo a las mías. Puede ser que me promuevan pronto.
–I don’t even have a job, see? That’s sad.
Extracto del Cap. 24 de “Conversaciones casuales con Dios”, editado por Dengler, L., 2010.
Qué bueno que ya va a empezar el mundial. Distracción garantizada por un mes, at least.
[…] This post was mentioned on Twitter by Ana Ceci Escobar , luludengler. luludengler said: God, are you there?: http://wp.me/pdpsa-4i […]
Fuckin’ awesome!!!!! Interesante, llegador. No he leído el original, pero tu remake es mamastrozo!!! lo mejor.