Dame fortuna, no suerte

Mi regalo divino de 23 años fue un choque automovilístico espectacular, en el que milagrosamente nadie salió herido. Dicha situación me devolvió a la vida peatonal que desde los inicios de la carrera había dejado. No me incomoda tanto como esperaba. De hecho, reconozco que me ha venido bien, pues ahora llego temprano a todos lados, aprovecho para hacer lo más que pueda en el mismo lugar y día, puedo leer en ese lapso en que me sumerjo en el tráfico, y cuando consigo “ride”, me encanta platicar con la gente sobre sus vidas, la mía… porque al final, todos vivimos la misma vida, o por lo menos tenemos vidas más similares de lo que imaginamos.

El momento más difícil es la mañana. Conseguir transporte a las 6:15 AM no es una apuesta segura en Ciudad de México, así que uso el de la escuela. No me había percatado, pero en la parada siguiente a la mía lo abordan unos gemelos idénticos pelirrojos adolescentes. Ayer uno de ellos se sentó junto a mi, y su hermano se sentó en la misma fila. Score!

Ese día fue excepcionalmente bueno; no porque hubiera visto a dos pelirrojos precisamente. No creo en aquella superstición. Sin embargo, me sentí realmente afortunada por el simple hecho de asombrarme por la presencia y disfrutar la proximidad de un par de gemelos lindos, adolescentes… y pelirrojos.

4 thoughts on “Dame fortuna, no suerte”

  1. ja qué bueno que nadie salió herido. Caminar es un placer peligroso de todos modos. Aquí en León salir caminando de la zona centro es casi un suicidio.

    As: Revolution Rock – Los Fabulosos Cadillacs.

    Atte: Juan Ramón Velázquez Mora.

  2. Wow, no sabía acerca del chocque, mi regalo de reyes magos de hace 3 años fue uno en el que salí ileso pero al resto de fue muy mal (yo iba de copiloto pero era el único que usaba cinturon de seguridad) aún sufren los estragos de aquel accidente.
    Quizá cuando te quedas sin coche al principio sientes que has sacrificado tu comodidad, pero te acostumbras rapido. A mí me disgusta por ejemplo el hecho de quedarme horas perdiendo tiempo en el trafico VS el hecho de ir a empujones en el metro. Solo encuentro un hecho: en esta ciudad no puedes encontrar una manera decente de transportarte, o son incomodas o son muy caras o son muy lentas o son inseguras… en fin siempre encontraras momentos fantasticos si decides renunciar al automovil.
    Saludos, Diego

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