El miércoles fui a Toledo. Todo se armó porque la noche anterior Laura me invitó a beber con las vecinas de una amiga de su master (así o más incidental?), y todas estábamos por abandonar Madrid/España, pero ninguna conocía Toledo. Así, la más valiente de ellas puso el coche y las demás pusimos nuestra buena voluntad y muchas ganas de ir.
El pueblito es pequeñísimo y muy bonito. Según el encargado de una tienda de regalos, el casco antiguo tiene apenas 8,000 empadronados, y el municipio suma 60,000. Es muy tranquilo, y se atraviesa en 20 minutos. Hacía un calor insoportable, así que después de turistear un poco buscamos un rincón con sombra para comer y que la ropa se secara un poco.
En un par de semanas todas estaríamos en lugares distintos, así que compartíamos un sentimiento de nostalgia adelantada que nos hizo disfrutar un poco más del viaje. Les dejo algunas fotos. Las otras están en el flickr.
Que chidas fotos! deberías subir más ; )