Metavacaciones en Barcelona

Qué tal, asiduos lectores de este, su humilde blog? Les debía mi crónica de las vacaciones de mis vacaciones en la hermosa ciudad de Barcelona:

Pues a última hora decidí que pagar más de 6€ por un taxi a la T4 era un exceso para mi bolsillo y en 20 minutos empaqué tres trapos y salí en el último vagón de metro hacia el aeropuerto, donde pasé la noche. La mañana siguiente estuve a punto de perder el vuelo por… ehm… pues por imbécil, he de admitir, pero nada, al final todo salió conforme a lo planeado. Llegué a mediodía, compré mi pase de metro de cinco días y me trasladé en Aerobús a Plaça Catalunya, donde abordé el metro para llegar a mi hostal, en pleno barrio Gótico 😀 Dejé mis chivas bajo llave y corrí a la Sagrada Familia, que a la mera hora no me gustó tanto. Sí se ve impresionante, pero tiene tantas cosas (¡y las que le faltan!) que hasta es un poco kitsch. Comentaré más al respecto otro día.

No soy una persona muy religiosa, y la Sagrada Familia, entre el ruido de las máquinas y trabajadores (porque sigue en construcción, sin fecha de terminación), y la marea de turistas, no es el lugar idóneo para establecer contacto con el espíritu absoluto, así que me dirigí hacia las Ramblas, y caminé y caminé hasta llegar al Port Vell (puerto viejo), donde anduve hasta la noche.

El día siguiente visité el Museo de Historia de la Ciudad, donde me pude enterar del pasado romano y gótico de la Barcelona a.k.a Barcino. Vi el subsuelo arqueológico y pistas de la vida cotidiana en la Alta Edad Media. Callejée un poco por el barrio gótico y era feliz. Después de comer fui a la playa. Me apoltroné en un banco enfrente del Maremagnum y ahí llegó a hacerme compañía Miquel, un marinerillo (conductor de lanchas) que me llevó por la costa hacia el Port Olímpic y hasta me invitó un helado. Fui fan cuando le pregunté si en Cataluña tenían música típica. Su respuesta fue “sí, la tecno”. Solté la carcajada, pero cuando puso cara de interrogación ante mi risa no atiné sino a articular un “ah, fíjate”.

El sábado me invité una visita guiada al Palau de la Música Catalana, y realmente me reconfortó saber que ahí no se tocaba tecno, precisamente, jaja. Un edificio absolutamente espectacular, modernista, firmado por Lluís Domenech i Montaner, cuya mentalidad era más secular que la de Antoni Gaudí (eso le agrega puntos, sí). Compré la prensa y me senté a leer un rato. Cuando se me durmieron las posaderas emprendí la ‘ruta del modernismo’, pero versión express, porque no entré a ninguno de los edificios debido a que 1) había un a fila de 40 minutos de espera en cada edificio y 2) la entrada promediaba 15€ en cada lugar, no comments. Mi ruta terminó en el Parq Güell. Para llegar aquí elegí el camino más largo, pero el más cómodo. Subí como 500 metros, pero afortunadamente el ayuntamiento instaló escaleras eléctricas en la calle, así que no me costó tanto trabajo :P. Qué mejor recibimiento que ver una hermosa vegetación: nopales en el Parq Güell!!!!

El domingo me reuní con Solange, quien amablemente intentó darme un recorrido en bicicleta, pero al ver mis habilidades de ciclista (años de desuso y una minifalda incidieron en el resultado) optó por la versión peatonal y me llevó a la Barcelona romana y medieval, poniendo una lupa en detalles que fácilmente pasan desapercibidos tanto para los locales como para los turistas. Hacia el final del día nos alcanzó Pepe. Fue entonces cuando hicimos un paréntesis y tuvimos una amena plática sobre Cortázar, quien pasó dos años de su infancia en BCN, y sobre Paris Hilton, y las groserías en mexicano, y comimos pizza… ese día no pudo haber sido mejor.

El lunes fue día de check-out,, visita exprés a El Raval, Plaça Espanya, donde se llevaba a cabo el Bread & Butter, coger el bus y esperar mi vuelo retrasado… para llegar a casa en el último metro.

La galería fotográfica completa la podrán ver si pinchan aquí.

___________________________________
Y familia, no se quejen de mi ‘desorden’, eh. Las suecas con las que compartí habitación en el hostal tenían un auténtico mierdero… y perdón por el francés, pero es que no hay otra palabra que asigne un mejor nombre al toque hogareño que le dieron a la habitación.

4 thoughts on “Metavacaciones en Barcelona”

  1. jajajaja, no mames con el marinero y las suecas. Me cag… de risa al leerlo, me hubiera gustado estar ahi. Pinche lulu

  2. el palacio de música amigaaaaaaaaaaaa!!!!!!
    y los nopales por qué no! oye.. tu blog es mi pagina de inicio.. jajaja me encanta leerte.. te extraño tu

  3. Me caga Barcelona, que bueno que tú sí le hayas encontrado su encanto, jajaja. Y a la gente, bueno, la puedo vomitar. Y estaban más chingonas las ramblas de chihuahua, jajaja bueno, eso no. La neta la parte medieval sí está chingona… pero no se, le tengo una aberración casi irracional a Barcelona, lo único bueno que tienen es a Rafa Márquez. Un beso Lulita, que bueno que disfrutes tanto todo allá, te quiero!

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s